Levantar edificios derribando voces

Un dia de estos pasados recibimos este escrito en nuestro correo que no podia dejarlo sin publicar.... espero que lo disfruteis.

Desde la distancia que supone vivir a casi medio kilómetro de donde se pretende construir un antzoki , a favor, según argumenta el ayuntamiento, de quienes vivimos así de lejos, mi voz tiene la validez de ser uno de los beneficiarios de tal proyecto.En mi nombre y bajo mi contribución tributaria – aunque buena parte del dinero procede de lejanas administraciones -, dicho proyecto merece un examen y una aprobación previa que el consistorio, en una precipitada y ridícula autodisposición, argumenta ya ha sido dada. En primer lugar, el consenso ciudadano nunca ha tenido lugar. Me temo que ni en este ni en proyecto municipal alguno, porque los motivos de la institución municipal y las necesidades de la ciudadanía malviven gracias a la obligada resignación vecinal ante la caribeña política de los hechos consumados.
Es una obviedad histórica que los diferentes equipos de gobierno municipales no han tenido nunca la perspicacia de la prudencia a largo plazo. El futuro que para Getxo han ideado se fundamenta en un desarrollismo poblacional progresivo. Fueron secundarias las cuestiones de cómo o dónde, y aún innecesario cuestionarse para qué. Sin saber muy bien hacia donde ir, era probable acabar en otra parte. Aquel despropósito deja hoy un mapa bien amplio de urbanizaciones ilegales en costa e interior, sobre explotación de ríos,zonas poblacionales inundables – prácticamente toda la vega del rio Gobela que atraviesa el municipio entero -, red obsoleta de acequias, descontrolada contaminación electromagnética, invasión geométrica de carreteras y automóviles, inexistencia de pulmones verdes... Lejos de recapacitar sobre este ineludible escenario y adecuar soluciones paliativas con un enfoque adecuado de cara al futuro del municipio, este equipo de gobierno y buena parte de su “oposición” han apostado por caer en la misma piedra con tal de recorrer el mismo camino. No han sido suficientes inundaciones y otras realidades que acabarán emergiendo con toda su crudeza. El futuro es el futuro por muy tremenda que sea la catacumba a la pueda llevar. Y en este “Blog” se circunscribe la construcción de este particular Antzoki.
Se recrimina con cierta frecuencia a los cargos políticos en general y a los municipales en particular que no aúnan intereses en lo que es su carrera política. Equivocada crítica, porque la suya es una conjugación del interés general del mantenimiento de cargo – sin el cual habría gestión, pero no “su” gestión -,mantener el devenir marcado por antecesores cargos y acoplar en este juego un cierto grado de imagen social a favor de los electores. Serán sobre estos pilares sobre los que se justifique, explícita o implícitamente, cualquier iniciativa. Y el Antzoki de Getxo es una muestra de manual.
En Euskadi existe aún una anomalía psicosocial según la cual una oposición particular o vecinal a un proyecto insignia – en este caso simbólico – asociado por y para un alcalde de un partido determinado, suscita a reacción vecinal identificada con ese partido o alcalde no a causa del proyecto ni el debate suscitado y sus necesarios argumentos, sino por la adhesión misma al partido o al cargo que representa ad tempore dicho proyecto simbólico. Se trata de una némesis social que para desgracia de todos, obvia cualquier y necesario debate de todos y con la razón de todos, a favor de la adhesión al partido o al alcalde que encumbra en este preciso caso, el desproporcionado proyecto de Antzoki.
La ciudadanía y la administración tienen tiempos distintos ,distintos son sus lenguajes y en consecuencia diferentes han de ser sus realidades. El ayuntamiento no puede permitirse a estas alturas hablar el mismo lenguaje de la lógica que reclama y expone el vecindario. El concejal de urbanismo ya explicó en el pleno municipal de enero que esto conllevaría aun total descrédito político.

Un juego que marea

Como he señalado anteriormente, el equipo de gobierno municipal tiene un objetivo que le viene ya dado del anterior equipo. El objetivo del PSOE en este trasunto parece claro y por supuesto absolutamente alejado del proyecto en si mismo y su conveniencia ciudadana. El argumento tiene su última hora. Como partido “representante” del gobierno central y de cuyo plan saldrá la financiación del antzoki, el PSOE parece ofrecerse al mismo tiempo como “garante” del proyecto – más de 1.300 firmas en contra no le parece suficientes – y como mantenedor obligado del PNV (1). El ridículo parece inequívoco cuando el grupo del PSOE aprueba en pleno reunirse con Telefónica para conseguir el albergue de la escuela de música y así reducir el volumen, y el mismo día de la reunión lanza su nihil obstat al proyecto anteriormente puesto en duda (2). Cabe dudar si la felicitación que el portavoz del gruposocialista, señor Almansa, hacía en enero de la comisión de inundación creada con la presencia de asociaciones de vecinos como un ejercicio de “participación ciudadana”, era un notable ejercicio de cinismo o un ejemplo de ignorancia, dada su atención a lo que es la participación ciudadana en otras latitudes del municipio.

Con todo, el debate continúa porque sobrepasa la desproporción del antzoki. Contar con los vecinos no es contar a los vecinos, tal como ha hecho el ayuntamiento, no en este caso en particular sino en su vertebral relación con la ciudadanía en general. Este enquistado empobrecimiento institucional de la voz ciudadana no tiene a la corporación como único responsable; más bien es un mal que deviene de la inquietante estrategia de los partidos políticos en general. Y no es casual que en numerosos municipios, Getxo entre ellos, los ciudadanos comiencen a articular vias de participación que recuperen la imprescindible expresión ciudadana como esencia inmanente del ejercicio democrático.
I.E.
(1) El PNV devuelve el favor en municipios tan importantes para el PSOE como Barakaldo.
(2) ElCorreo, 18/01/010