El lingüista Noam Chomsky elaboró la
lista de las 10 Estrategias de Manipulación” a través de los medios y nos hemos
tomado la libertad de enseñaros cómo, para imponer una cazicada al pueblo, el
alcalde y su equipo han aplicado estas 10 normas para engañar al pueblo con el
Nuevo Macro Antzoki en Getxo.
1.
La estrategia de la distracción: El elemento primordial del control
social es la estrategia de la distracción que consiste en desviar la atención
del público de los problemas importantes y de los cambios decididos por las
élites políticas y económicas, mediante la técnica del diluvio o inundación de
continuas distracciones y de informaciones insignificantes. La estrategia de la distracción es igualmente
indispensable para impedir al público interesarse por los conocimientos
esenciales, en el área de la ciencia, la economía, la psicología, la
neurobiología y la
cibernética. Mantener
la Atención del público distraída, lejos de los verdaderos problemas sociales,
cautivada por temas sin importancia real.
Mantener al público ocupado, ocupado, ocupado, sin ningún tiempo para
pensar; de vuelta a la granja como los otros animales (cita del texto ‘Armas
silenciosas para guerras tranquilas)”.
En el tema del Macro Antzoki de Getxo,
el alcalde ha cumplido este primer punto a raja tabla: al principio presentó
una maqueta blanca que no se parecía en casi nada a lo que luego
construyen. De esa forma mantuvo al
pueblo hablando de juguetes, en vez de plantear si era oportuno o no de darle
40 millones de euros de los contribuyentes getxotarras a constructoras y
arquitectos.
También desviaron la atención pública ensalzando la supuesta calidad del
arquitecto como si de lo que aquí se trataba era de un concurso de vedettes en
vez de plantear si se debía gastar ingentes cantidades de dinero del pueblo en
este Macro Antzoki. Todas estas
distracciones inducidas alejaron la posibilidad de plantear qué modelo de
cultura es la más adecuada para Getxo, escondiendo de la atención pública la
pregunta de si semejante despropósito (centralización, acondicionamiento de
recursos culturales para mantener y dar sentido al Antzoki, privatización a
posteriori…) servirá para algo.
2.
Crear problemas y después ofrecer
soluciones. Este método también es llamado
“problema-reacción-solución”. Se crea un
problema, una “situación” prevista para causar cierta reacción en el público, a
fin de que éste sea el mandante de las medidas que se desea hacer aceptar. Por ejemplo: dejar que se desenvuelva o se
intensifique la violencia urbana, u organizar atentados sangrientos, a fin de
que el público sea el demandante de leyes de seguridad y políticas en perjuicio
de la libertad.
El alcalde proclamó a los cuatro
vientos que el antiguo Antzoki quedaba pequeño para las necesidades de
Getxo. Ese punto fue presentado como
gran problema que tenían que solucionar construyendo un monstruo de 1700
butacas, tres teatros, una Musika Eskola, bar y demás construcciones
faraónicas. También adujeron que los
músicos de la sinfónica se quejaban de la temperatura de la Iglesia del
Redentor en la que tocaban. El alcalde
coló todo este supuesto problema después de haber cerrado el cine existente, que
no era grande, aunque dicho sea de paso, rara vez se llenaba.
3.
La estrategia de la gradualidad. Para hacer que se acepte una medida inaceptable, basta
aplicarla gradualmente, a cuentagotas, por años consecutivos. Es de esa manera que condiciones
socioeconómicas radicalmente nuevas fueron impuestas durante las décadas de
1980 y 1990: Estado mínimo, privatizaciones, precariedad, flexibilidad,
desempleo en masa, salarios que ya no aseguran ingresos decentes, tantos
cambios que hubieran provocado una revolución si hubiesen sido aplicadas de una
sola vez.
Para esconderle al pueblo el alto costo
que le supondría esta cazicada, rompieron las cuantiosas inversiones para el
Macro Antzoki en trocitos, las escamotearon de los ojos públicos y de los
plenos, mientras para pagarlo, aumentaron los impuestos poco a poco. De esa forma casi nadie se percató del coste
real que va a tener el Macro Antzoki y mucho menos lo que tendrá que costear
cada getxotarra para construirlo y sobre todo para mantenerlo abierto.
4.
La estrategia de diferir.
Otra manera de hacer aceptar una decisión impopular es la de presentarla
como “dolorosa y necesaria”, obteniendo la aceptación pública, en el momento,
para una aplicación futura. Es más fácil
aceptar un sacrificio futuro que un sacrificio inmediato. Primero, porque el esfuerzo no es empleado
inmediatamente. Luego, porque el
público, la masa, tiene siempre la tendencia a esperar ingenuamente que “todo
irá mejorar mañana” y que el sacrificio exigido podrá ser evitado. Esto da más tiempo al público para
acostumbrarse a la idea del cambio y de aceptarla con resignación cuando llegue
el momento.
El alcalde siempre ha presentado el
nuevo Macro Antzoki como un proyecto inevitable, complicado y necesario. Algo que hay que construir y en el que hay
que hacer cuanto esfuerzo sea necesario.
Lo cataloga como el proyecto motor, escondiendo que ante los cambios en
la economía, el gigantismo utilizado y las innumerables chapuzas cometidas, va
camino de convertirse en el Titanic de las arcas municipales. Con habilidad va soltando el problema que se
le viene encima al pueblo con la esperanza de que ya se resignará cuando lo
sufra. En el pleno de diciembre de 2012, el gobierno local admitió que
de no aprobarse los presupuestos plurianuales destinados al Macro Antzoki
hubiera sido preciso echar mano de la caja y por lo tanto no habría presupuesto
para cultura, servicios sociales, etc.
Una evidencia de que el Macro Antzoki ya genera inviabilidad
presupuestaria y social. Han pospuesto
comunicar las consecuencias de esta cacicada, pero los recortes en cultura,
juventud ya han comenzado.
5.
Dirigirse al público como criaturas de
poca edad. La mayoría
de la publicidad dirigida al gran público utiliza discurso, argumentos,
personajes y entonación particularmente infantiles, muchas veces próximos a la
debilidad, como si el espectador fuese una criatura de poca edad o un
deficiente mental. Cuanto más se intente buscar engañar al espectador, más se
tiende a adoptar un tono infantilizante. ¿Por qué? “Si uno se dirige a una
persona como si ella tuviese la edad de 12 años o menos, entonces, en razón de
la sugestionabilidad, ella tenderá, con cierta probabilidad, a una
respuesta o reacción también desprovista de un sentido crítico como la de una
persona de 12 años o menos de edad (ver “Armas silenciosas para guerras
tranquilas”).
Cuando la ciudadanía fue al
ayuntamiento a preguntar por el Plan de Viabilidad para el Macro Antzoki se le
trató cual niños maleducados pidiendo algo incomprensible para sus limitados
conocimientos (de hecho con esta estratagema ocultaban que no habían hecho
ningún estudio previo). Los argumentos
presentados para racionalizar este Macro Proyecto fueron irremisiblemente
descalificados por el ayuntamiento con el argumento de que los “técnicos” eran
los que sabían del tema y no se rebajarían a explicárselos a la ciudadanía
inculta.
6.
Utilizar el aspecto emocional mucho más
que la reflexión. Hacer uso del aspecto emocional es una técnica clásica
para causar un corto circuito en el análisis racional, y finalmente al sentido
crítico de los individuos. Por otra parte,
la utilización del registro emocional permite abrir la puerta de acceso al
inconsciente para implantar o injertar ideas, deseos, miedos y temores,
compulsiones, o inducir comportamientos…
Calificar el Macro Antzoki como el
“Faro del Abra” alegando que su imponente presencia se vería desde Santurtzi
fue utilizado como arma para engordar el ego de algunos getxotarras, creándoles
un cierto sentido de superioridad sobre los demás municipios del Abra. Hacerles creer que cemento equivale a
cultura, que Getxo era la vanguardia cultural del Gran Bilbao y que con un
nuevo Macro Antzoki el municipio entraría en las “grandes ligas mundiales del
circuito cultural”, también fueron argumentos usados por el alcalde para apelar
a los registros emocionales, que por cierto, sepais que en el montacargas que han hecho ya no entra ni siquiera un piano de cola.
7.
Mantener al público en la ignorancia y la mediocridad. Hacer que el público sea incapaz de comprender las
tecnologías y los métodos utilizados para su control y su esclavitud.
Se inundaron los GetxoBerris
(casualmente editados en la Imprenta de Deia y con anuncios de la BBK que -¡oh
casualidad!- presta dinero para construir el Macro Antzoki) con escritos
laudatorios hacia el Macro Proyecto. La
mayor parte de las veces realizados por plumas de dudosa pesebrilidad que en
ningún momento añadieron información para abrir debates sobre el futuro de esta
Macro Inversión, sino más bien para asegurarse un puesto en el mismo a base de
denostar a los que “estaban en contra de la cultura”. Ignorancia, mediocridad y ofensa a la inteligencia
llevadas al extremo para evitar la discusión pública sobre este desmesurado
proyecto.
8.
Estimular al público a ser complaciente con la mediocridad.
Llevan
mucho tiempo preparándonos para lo que se nos viene encima con esta faraónica
obra llena de ocultación, mediocridad, improvisación y chapuzas. Empezaron filtrando que solo han conseguido
vender 15 de las 101 plazas de parking, luego que en el Macro Antzoki no caben
las óperas, que la rampa de la Avenida de Basagoiti quedará con tanta pendiente
que no se podrá utilizar para sillas de ruedas, que ya desapareció para siempre
el Kiosko de la Música, que nunca más se podrá circular por ese tramo de la calle Andrés Cortina,
que Algortako Etorbidea se ha convertido en un caos circulatorio para siempre,
en fin que van inundando poco a poca a la ciudadanía para que vaya tragando la
mediocridad de su obra.
9.
Reforzar la auto culpabilidad. Hacer creer al individuo que es
solamente él el culpable por su propia desgracia, por causa de la insuficiencia
de su inteligencia, de sus capacidades, o de sus esfuerzos. Así, en lugar de rebelarse contra el sistema
económico, el individuo se auto desvalida y se culpa, lo que genera un estado depresivo,
uno de cuyos efectos es la
inhibición de su acción. Y, sin acción,
no hay revolución!
A esos que no le votan, y además dudan
de la idoneidad del Macro Antzoki, el alcalde les acusa públicamente de estar
en contra de la
cultura. De oponerse
al progreso. De ser egoístas. De todo son acusados a fin de tratar de
crearles un sentido de culpabilidad por no apoyar ciegamente el “efecto
tractor” con el que el alcalde santifica esta Macro Inversión. Inútilmente pretende sembrar en esas personas
un sentido de marginalidad, de estar en contra de la mayoría, en contra de los
intereses generales del pueblo representados esos intereses en su propia
cacicada.
10. Conocer
a los individuos mejor de lo que ellos mismos se conocen.
En el transcurso de los últimos 50 años, los avances acelerados de la
ciencia han generado una creciente brecha entre los conocimientos del público y
aquellos poseídos y utilizados por las élites dominantes. Gracias a la biología, la neurobiología y la
psicología aplicada, el “sistema” ha disfrutado de un conocimiento avanzado del
ser humano, tanto de forma física como psicológicamente. El sistema ha conseguido conocer mejor al
individuo común de lo que él se conoce a sí mismo. Esto significa que, en la mayoría de los
casos, el sistema ejerce un control mayor y un gran poder sobre los individuos,
mayor que el de los individuos sobre sí mismos.
Los
catorce mil y pico votantes del alcalde representan para él su gran obra de
evangelización sobre el Macro Antzoki, son los creyentes que mejor conoce,
individuos sumisos sobre los que ejerce su mayor poder. Y cada vez que surge la ocasión, el alcalde
pone a esas huestes como ejemplo de personas sensatas a las que imitar. Se trata de su gran trabajo de
adoctrinamiento que pretende expandir a toda la ciudadanía. Por suerte, fuera de sus
catorce mil y pico, poco puede el alcalde, ya que para su desgracia sus
pretendidos conocimientos sobre adoctrinamiento colectivo dejan mucho que
desear, puesto que lo que los getxotarras exigen es más democracia, más
participación colectiva y menos cacicadas.
En
resumidas cuentas, Noam Chomsky detalla las estrategias usadas por el poder que
casualmente el alcalde de Getxo ha tratado de utilizar para imponer su modelo
cementero del Macro Antzoki para Getxo, una Macro Obra que viene construyendo a
espaldas del pueblo.